El rincón de José


Nos adentramos en las ideas de José, un niño al que le encanta crear breves historias con una esencia única.


El príncipe y el mago
Había una vez un joven príncipe llamado Kalofer. Le encantaba la aventura y leer más que las fiestas del castillo o las clases de etiqueta. Un día, mientras exploraba los bosques del reino, se adentró en un bosque muy espeso… ¡y se perdió!
Pasaron diez largos días. Kalofer estaba cansado, con hambre, pero su espíritu aventurero seguía fuerte. Caminaba con cuidado, escuchando los sonidos del bosque: pájaros que cantaban, hojas que crujían, y riachuelos que susurraban secretos.
De pronto, entre los árboles, apareció un hombre de barba larga y túnica rota. —¡Ayuda, joven! —exclamó—. Fui prisionero de la bruja malvada que vive en este bosque.
Kalofer, valiente y generoso, no dudó ni un segundo. —¡Vamos a encontrar la salida juntos!
Caminaron días y noches, compartiendo historias y risas. Pero una tarde, cuando el sol brillaba dorado entre las ramas, el hombre empezó a brillar. ¡Puf! En un parpadeo, se transformó en un enorme dragón de escamas verdes y ojos amables.
Kalofer se asustó al principio, pero luego notó algo especial. El dragón no rugía ni echaba fuego, solo decía con voz tímida:
—Soy Darion. La bruja me convirtió en dragón, pero no soy malo… Solo quiero ser libre.
Kalofer sonrió. —¡Entonces terminaremos esta aventura juntos!
Al fin, llegaron a un lago brillante como un espejo.
Al otro lado, se veía una cueva. —¡Esa es la salida! —dijo Darion—. Pero yo me quedaré. Aquí viven mis amigos del bosque. Este es mi hogar ahora.
Kalofer lo abrazó con fuerza. —Gracias por acompañarme, Darion.
El príncipe cruzó el lago, entró en la cueva… y al otro lado encontró el camino de regreso a su castillo.
Desde aquel día, Kalofer siguió explorando, pero jamás olvidó al dragón bueno que encontró en el corazón del bosque encantado.



